Skip to main content

¿Estamos al borde del colapso de los fungicidas sintéticos? Analizamos regulación, resistencia y precios, con la mirada práctica de productores y técnicos que piensan a largo plazo y quieren estar preparados para lo que viene.

 


 

En los últimos años, muchos técnicos y productores se han encontrado con una sensación común: ya no basta con repetir el programa sanitario del año anterior. Algunos productos dejan de estar disponibles, otros pierden eficacia, y cada vez es más difícil saber si lo que estamos aplicando es suficiente… o incluso si está permitido. Cada vez tenemos menos control sobre el negocio.

¿Estamos realmente al borde del colapso de los fungicidas sintéticos? Más que un colapso repentino, lo que vivimos es una transición compleja, empujada por tres factores que se combinan y afectan directamente al día a día del campo:

  1. Una regulación europea más estricta (¿y confusa?)
  2. Una evolución biológica acelerada: las resistencias.
  3. Un contexto económico volátil: precios, escasez y concentración de la industria.

Este artículo busca ofrecer una visión equilibrada sobre cada uno de estos frentes, con foco en lo que más importa: tomar decisiones informadas que garanticen eficacia, cumplimiento legal y viabilidad económica.

 


 

El marco regulatorio: ¿Qué productos seguirán estando permitidos?

Una legislación que cambia demasiado rápido para los tiempos del campo

La estrategia europea “Farm to Fork” establece un objetivo claro: reducir en un 50% el uso de fitosanitarios químicos para 2030. Para lograrlo, se ha endurecido la revisión de sustancias activas, y muchas de ellas están en el punto de mira.

Ya no se trata solo de toxicidad aguda. Ahora se tienen en cuenta aspectos como:

  • Disrupción endocrina
  • Persistencia ambiental
  • Bioacumulación
  • Impacto en organismos no objetivo

¿Qué significa esto en campo?

  • Productos que funcionaban, hoy pueden estar fuera de etiqueta.
  • Las etiquetas cambian, y el productor debe adaptarse rápidamente.
  • Cada retirada reduce el número de herramientas legales disponibles.

“Quiero saber que lo que aplico hoy también lo podré usar mañana. O al menos saber con tiempo cuándo se acabará.”

¿Cómo adaptarse sin volverse loco?

  • Consultar fuentes oficiales y actualizadas (como la base de datos de fitosanitarios autorizados en tu país).
  • Trabajar con técnicos al día, que interpreten correctamente la normativa.
  • Empezar a integrar herramientas con bajo o nulo riesgo regulatorio (biofungicidas, inductores de defensa, extractos naturales).

 


 

La resistencia fungicida: un fenómeno técnico, no una sorpresa

¿Por qué aparecen resistencias?

Todos los organismos vivos evolucionan. Si aplicamos repetidamente el mismo modo de acción, la presión selectiva favorece a los individuos resistentes. Es así de simple.

En los últimos 10 años, los reportes de resistencia a fungicidas sintéticos han aumentado significativamente en Europa. Algunos casos concretos:

  • Azoxistrobin (FRAC 11): resistencia cruzada en Plasmopara viticola y Botrytis cinerea.
  • Tebuconazol (FRAC 3): eficacia reducida en poblaciones de Fusarium
  • SDHI (Fluopyram, Boscalid): aparición de cepas resistentes en viña y hortícolas.

 

¿Cuántos modos de acción (sintéticos) efectivos quedan?

Los grupos FRAC con mayor uso están cada vez más presionados:

Grupo FRAC Tipo de fungicida Riesgo de resistencia Productos representativos
11 Estrobilurinas Alto Azoxistrobin, Trifloxystrobin
3 Triazoles (DMI) Moderado-alto Tebuconazol, Difenoconazol
7 SDHI En crecimiento Fluopyram, Boscalid
M Multisitio Bajo Dithianon, Cobre, Azufre

Con cada prohibición regulatoria, se pierden modos de acción. Y con cada resistencia, los que quedan son menos eficaces.

 

“Lo que antes controlabas con una sola aplicación, ahora necesitas mezclar, reforzar o repetir. Y ni así te lo garantiza.”

La resistencia a fungicidas no afecta por igual a todos los cultivos ni enfermedades. Según FRAC, patógenos como Botrytis cinerea en vid, Plasmopara viticola en viña y Pyricularia oryzae en arroz presentan un riesgo alto, al haber desarrollado resistencia a múltiples modos de acción en pocos años.

Otros cultivos como tomate, cucurbitáceas, cebolla o manzano también enfrentan este riesgo en enfermedades clave como mildiu, moteado u oídio. En fresa, aunque algunas enfermedades como oídio o Phytophthora se consideran de riesgo medio en la práctica se observa una alta presión sanitaria sostenida, especialmente frente al moho gris (Botrytis), lo que incrementa el riesgo de fallos por resistencia si no se gestiona adecuadamente.

Estos datos confirman que la pérdida de eficacia por resistencia no es un riesgo teórico, sino una realidad agronómica en cultivos clave, que obliga a replantear los programas de protección existentes.

 


 

Costes, escasez y concentración: el nuevo escenario económico

¿Por qué están subiendo tanto los precios?

En los últimos 5 años, los precios de los fitosanitarios han subido por factores que poco tienen que ver con el agricultor:

  • Escasez de materias primas, especialmente tras la pandemia.
  • Conflictos geopolíticos que afectan la producción y logística (como la guerra en Ucrania o las restricciones en China).
  • Concentración de la industria: la mayoría del mercado está controlado por menos de 10 grandes compañías, muchas de ellas con participación de fondos de inversión que priorizan rentabilidad financiera sobre accesibilidad y ya ni hablemos de su participación en la degradación de la soberanía alimentaria.

Consecuencias prácticas en finca

  • Mayor gasto por hectárea tratada (entre 15% y 40% más que en 2020).
  • Dificultades para conseguir ciertos productos en campaña.
  • Dependencia de un catálogo cada vez más reducido y condicionado por factores globales.

“No me importa pagar más si funciona, pero el problema es que cada vez pago más… y rinde menos.”

 

¿Qué alternativas existen y cómo evaluarlas sin jugarse la campaña?

No se trata de sustituir todo de golpe

Pensar en un reemplazo total de los fungicidas sintéticos no es realista ni necesario. Pero sí es viable reducir la dependencia, introducir nuevas herramientas y aumentar la flexibilidad frente a cambios regulatorios o técnicos.

Criterios para evaluar una alternativa sostenible

Una solución realista y válida debe cumplir con:

  • Eficacia técnica demostrada
  • Exención o bajo riesgo de LMR (residuos).
  • Legalidad clara y estable.
  • Facilidad de integración en programas existentes.
  • Compatibilidad con certificaciones (GlobalG.A.P., producción integrada, ecológica).

Ejemplos de nuevas tecnologías

  • Biofungicidas microbianos: Bacillus subtilis, Trichoderma spp.
  • Inductores de resistencia: ácido salicílico, quitosano.
  • Extractos naturales con actividad fúngica, como aceites esenciales microencapsulados.

 

Decidir con información, no con frustración.

¿Estamos al borde del colapso de los fungicidas sintéticos? Más que un colapso, estamos ante un cambio profundo en cómo se deben gestionar las enfermedades en los cultivos.

Este cambio tiene tres motores: la regulación, la evolución de los patógenos y la economía global. Ninguno depende del agricultor, pero sí depende del agricultor cómo adaptarse.

Lo importante es no actuar por impulso, sino con estrategia.

  • Tener claras las reglas del juego.
  • Elegir soluciones con respaldo.
  • Mantener el foco en el campo, no en el marketing.

Si estás buscando herramientas que funcionen, que sean legales, y que no tengas que cambiar cada campaña, empieza a integrar soluciones con bajo riesgo regulatorio y eficacia técnica probada. Hay opciones. El primer paso es mirar más allá de los catálogos tradicionales.